8 precauciones a tener con la ropa deportiva a la hora de lavar y secar

Con la llegada del verano también crecen las ganas de conseguir una buena forma física, ya sea por beneficios para la salud o por motivos estéticos.
Además de los objetivos definidos por el plan de entrenamiento y el cuidado con la alimentación, algo sumamente importante en la vida de los deportistas es la durabilidad de la ropa de entrenamiento. Es común que la ropa deportiva envejezca y se destiña con el tiempo. Esto sucede, la mayoría de las veces, no por el desgaste del uso en sí, sino por la forma en que se manejó y almacenó la ropa.
A continuación te damos algunos consejos para cuidar mejor tu ropa deportiva y conservarla durante mucho más tiempo.

1. Deje que la ropa se seque antes de ponerla en el cesto
No hay necesidad de lavar la ropa una vez que llegas a casa del gimnasio. De hecho, ponerlo en el cesto de la ropa cuando aún está húmedo puede generar mal olor, moho y peor aún, puede contaminar otras prendas. Póngalos en la canasta solo después de que estén secos. Recuerda también no mezclar ropa mojada de colores claros y oscuros, ya que las piezas son vulnerables a los daños causados ??por la acidez del sudor. Después de que estén secos, puedes ponerlos en una canasta o llevarlos a la lavadora.

2. Sigue las instrucciones de lavado de la etiqueta
Este es un consejo valioso para cualquier tipo de prenda: seguir las instrucciones de lavado del fabricante garantizará que tu prenda dure el mayor tiempo posible. Todas las piezas deberán llevar una etiqueta explicativa e ilustradas con dibujos que identificarán si puede o no ir a lavadora o si debe lavarse a mano. Comprueba también si la prenda se puede secar en el tendedero o en la secadora y si se puede planchar. Las prendas 100% algodón, por ejemplo, son propensas a encogerse, mientras que las prendas de fibras sintéticas son más resistentes a la secadora. Si no encuentras información en la etiqueta, ante la duda déjalos secar a la sombra. Respetando las instrucciones de la pieza, conserva la ropa y mantiene su estado durante mucho más tiempo.

3. Usa vinagre para deshacerte del olor a sudor
El jabón no siempre se encarga del mal olor que provoca el sudor. Para que tu ropa deportiva huela bien al salir de la lavadora, sumérgela en una solución de 5 litros de agua y ½ taza de vinagre de alcohol durante 30 minutos antes de lavarla.

4. Lavar a mano o usar el ciclo de ropa delicada
La ropa deportiva, por lo general, es muy práctica a la hora de lavar y algunas máquinas tienen su propio ciclo para este tipo de prendas, lo que ya es de gran ayuda. Los especialistas indican, sin embargo, que la ropa utilizada en el gimnasio debe lavarse a mano, separada por colores y, de preferencia, con jabón neutro. Lo ideal es lavar la ropa al llegar a casa o al menos dejarla en remojo si no la vas a lavar inmediatamente.

5. No uses suavizante de telas
La ropa deportiva suele estar hecha de poliéster, poliamida y spandex. Estos materiales no funcionan bien con el suavizante de telas. Puede formar una barrera que, con el tiempo, hará que las piezas pierdan la característica que las hace “respirar” mejor.

6. No uses agua caliente
El agua caliente daña el elastano y, con el tiempo, la prenda pierde su flexibilidad. La ropa de nailon debe lavarse preferiblemente con agua fría y siempre en el programa suave, utilizando un jabón suave.

7. No centrifugar ni torcer
Si es posible, omita el paso de centrifugado cuando lave en la lavadora. Para eliminar el exceso de agua, apriete las piezas en lugar de torcerlas. Esto aumentará considerablemente su vida útil.

8. Secar a la sombra
El calor daña las fibras de la ropa deportiva. Por lo tanto, no deben secarse en la secadora ni al sol. Elija un lugar aireado pero con sombra. A la hora de secar tu ropa deportiva, elige el aire libre. Muchas de las piezas de nailon disponibles en el mercado se derriten si se exponen a altas temperaturas, además de tender a encogerse con el tiempo. ¡Lo mismo ocurre con el uso de hierro! Siempre ten cuidado al planchar tu ropa deportiva, de utilizar un paño sobre la pieza para evitar que la plancha tenga contacto directo con la ropa.